Quien bebe agua
en el arroyo del lugar
come mierda sin
pensar.
El refrán se
lo oí a mi padre una vez que circulábamos a la vista de las Cañadillas, aunque
ignoro quién se lo enseñó a él. Una de las acepciones del término lugar corresponde
a un núcleo de población, a lo que parece no demasiado grande, pero no se me
ocurrió pensar que tal lugar pudiera ser Agudo; de ello me enteré bastantes
años después cuando, en un documento datado en los primeros años del siglo XX,
encontré ese topónimo para identificar al actual arroyo de las Campanas. En
otros tiempos, como hoy, la gente se despojaba de lo que estorbaba del modo más
cómodo posible y arrojar los desperdicios a un cauce de agua próximo fue y es una opción muy recurrida, por
lo que el aforismo refleja la realidad con precisión. El dicho no deja al
vecindario en buen lugar, pero no podemos negar que es tan nuestro como lo sean
el puerto de los Barreros o la mismísima plaza de la Iglesia.
Cuando La Morra
lleva montera
llueve aunque
Dios no quiera.
También lo
aprendí de mi padre, pero he oído versiones diferentes adaptadas a las circunstancias
de otras localidades. Nos hemos acostumbrado a que los medios de comunicación
nos informen sobre meteorología y, a veces, olvidamos que solo un par de
generaciones atrás la predicción del tiempo era fruto de la observación del
entorno y de la experiencia acumulada por la gente. Seguramente exista una
explicación científica que corrobore la certeza de, al menos, una parte de los
proverbios relacionados con la meteorología, pues algunos sí parecen funcionar.
Con un sentido
similar al nuestro, si bien más comedido, conozco uno que se cuenta el Alhambra
(Ciudad Real): Cuando la sierra de
Alhambra va cubierta, o llueve, o revienta.
La buena otoñada
pa’ San Bartolomé las primeras aguas
y la buena de
veras, pa’ la feria de Vegas.
Se lo escuché
a mi abuelo, que no supo darme razones respecto a la feria de Vegas. Mucho
tiempo después tuve acceso al Interrogatorio de la Real Audiencia y en uno de
los cuestionarios de Herrera del Duque, donde se pregunta si existen ferias o
mercados, se cita la feria de Vegas celebrada el día de San Mateo (21 de
septiembre). En la misma fuente, aunque contenido en los informes de Casas de
Don Pedro, consta que en esta población hay una cofradía de Nuestra Señora de
las Vegas (respuesta 22) y una ermita con el mismo nombre, que dista cuatro
leguas y se localiza en término común con las cuatro villas del estado
(respuesta 23). No afirmaré que esta sentencia se generara en Agudo, pues el
padre de mi abuelo nació extremeño y pudo aprenderlo en su lugar de origen,
pero debe tenerse en cuenta que la difusión de las ferias superó con creces el
ámbito más inmediato y las poblaciones relacionadas con la de Vegas no quedan
tan lejos. A modo de ejemplo, recordar que a la de Agudo venía gente de
Trujillo, Villena o el Barco de Ávila, entre otros.