Desde una vieja postal


         Con las fotografías exhibidas en esta entrada se pretende mostrar algunos de los cambios experimentados en Agudo durante algo menos de medio siglo. Ambas imágenes se tomaron desde una posición cercana a los actuales depósitos del agua. La antigua unos metros más hacia el Este, seguramente desde el interior de la parcela de los citados depósitos,  y fue realizada en los años finales de la década de los sesenta del siglo pasado. La más reciente se efectuó hace muy pocos días en la puerta de acceso a la misma parcela.


         Salvo el perfil de La Solana y algunas construcciones significativas, pocos son los elementos que se repiten en ambas imágenes. En una y en otra aparecen en primer lugar el arca de la fuente del Orejudo y el pilar; los dos han sufrido reformas, no todas muy acertadas, pero ahí siguen. Afortunadamente, antes y ahora, sigue destacando la iglesia parroquial en el conjunto urbano, aunque hoy las casas apenas permiten vislumbrar parte del tejado de la capilla del Santísimo (antigua sacristía). Tampoco pueden verse los arcaicos edificios anejos  del pósito y ayuntamiento en la plaza de la iglesia, el crucero de La Virgen o el cuartel, pero todos aguantan como pueden el paso del tiempo y la intervención humana. Casi nada queda ya de las dos almazaras en la confluencia de las calles Cendrero y Hospital; en la del Este se mantienen los muros de una nave con un resto de tejado convertidos en taller de carpintería; la del Oeste, la última en cesar su actividad, si conserva algo, no se percibe en la fotografía. Poco queda también de la que fuera “huerta del cura”; primero un almacén para las carrozas procesionales y otros efectos relacionados con el culto, que resultaba inexcusable, y  años después una casa parroquial, innecesaria y onerosa para las arcas parroquiales, ocuparon casi toda la fachada de una de las pocas parcelas rústicas con nombre propio. La fotografía más reciente muestra también una hilera de postes para el cableado eléctrico que no armonizan nada con un espacio público al que, hace muy pocos años, se propuso denominar plaza de D. Alfonso Axpe sin tener en cuenta que a ese mismo lugar ya le habían adjudicado nombre varios siglos atrás. Tal vez no fuera mala idea mantener el apelativo original y dedicar más esfuerzo a mejorar y adecentar una zona  muy frecuentada por vecinos y visitantes, especialmente con el buen tiempo.

La fotografía en blanco y negro corresponde a una postal antigua que puso a mi disposición un vecino. Desconozco el año de publicación, pero ya existía el cuartel, se había vendido la parte meridional de la "huerta del cura", se había levantado el transformador de la red eléctrica y circulaban los R-4; así pues, creo que los años finales de la década de los sesenta podrían corresponderse con la realidad que refleja de la imagen.