El puerto de Sancho Rostrillos desde los olivares del Plomo |
Hace unos pocos días me sorprendió
un comentario en Facebook, en el que se decía que el tramo entre Saceruela y Guadalupe de un camino de peregrinación a la segunda población se denomina camino del Sácer. Mi
sorpresa fue aún mayor porque la observación procedía de la cuenta No eres de Agudo donde, cabe suponer, todos
los que se mueven por ahí tienen afinidades con nuestra localidad; así pues, a
fin de deshacer malentendidos trataré de exponer algunos datos que conozco
sobre el tema en cuestión.
Si no recuerdo mal, la primera
alusión constatada a un camino entre Saceruela y Guadalupe procede de las
Relaciones de Felipe II (1575). En el interrogatorio de Saceruela, a la
pregunta cincuenta y cinco los encargados de cumplimentar el cuestionario
responden …que esta villa es pueblo
pasajero para Portugal, tierra de Badajoz a Guadalupe y para toda la Serena; es
camino muy trillado y real especialmente carril de Mancha y recuas de asnos. A la cuestión quince
confiesan que …[Agudo] está cuatro leguas
no muy grandes a la que por el camino de los carros va, muy buen camino; y [si] van por Nava la Tienda [es] por un puerto muy trabajoso y se arrodea
grande media legua a ir por la venta Tejada por el puerto de Sancho Rastrillos… Los lugares mencionados se localizan en dos itinerarios diferentes desde Agudo a Saceruela y, además, los topónimos Navalatienda y Sancho Rostrillos son reconocidos todavía por
muchos agudeños, aunque la actual tendencia a modificar sin sentido las
denominaciones relegará al olvido el repertorio tradicional y, con ello, toda
la información histórica que conlleva.
Navalatienda (en las ediciones
recientes del MTN figura también como puerto de las Culebras) corresponde al
puerto más oriental de las sierras que dividen los términos de Agudo y
Valdemanco del Esteras y se localiza en
el que fuera Camino Real de La Mancha a Extremadura, vigente hasta la
construcción de la red moderna de carreteras en el siglo XIX. En el diccionario
de Madoz se afirma que era camino carretero y presentaba buen estado desde
Agudo hasta Garbayuela; el trecho de Saceruela a Agudo se estuvo utilizando
hasta la segunda mitad del siglo XX, mientras persistieron los carros de
yantas. Esta vía se prolongaba con otras
denominaciones hasta Lisboa y la costa levantina y en un punto del término
municipal de Agudo se desgajaba una ramificación hacia Guadalupe. El blog de
Salva Jiménez (http://38gradosnorte.blogspot.com.es) contiene una entrada sobre un
amojonamiento de la dehesa del Zumajo, fechado en 1819, donde se indica una
parte del trazado de un nuevo camino real entre La Mancha y Guadalupe. El flamante
carril deslinda Fuenlabrada de los Montes de la dehesa del Zumajo en nueve de
los veintisiete mojones que se visitan. [Mojón 1] Desde el mojón que
queda referido y situado en el Portezuelo de la Gargantilla, fueron por
cuerda derecha y junto a dos pasos del Camino Real nuevo que va de la
Mancha a Guadalupe… [Mojón 9] Desde aquí tomando la derecha y dejando el camino carril a
la izquierda mirando entre Norte y Occidente… Cabe suponer que, si el nuevo
camino real cruzaba por el puerto de la Gargantilla, desde el camino real de La Mancha
a Extremadura (carril de los Carros o de los Contrabandistas) hasta el citado
puerto debía utilizar necesariamente la trayectoria de nuestro camino de
Toledo (desde hace unos años arrollado por la Nnal-502). La construcción de la
carretera Nnal-430 (Badajoz-Valencia), cuyo tramo Puebla de Don Rodrigo-Herrera
del Duque ya aparece en la edición del MTN correspondiente a 1887, relegó a uso
exclusivamente rural una vía transitada desde época romana.
La Cañada Real de Merinas llegando al puerto de Sancho Rostrillos |
El puerto de Sancho Rostrillos, que los agudeños transformaron en Santorrostrillo, facilita el paso de la Cañada Real de Merinas y acorta la distancia entre Agudo y Saceruela respecto al camino real. Además de las similitudes fonéticas entre Sancho Rostillos y Santorrostrillo, los libros de apeos de la Mesta corroboran la entrada de la cañada en término de Agudo por el citado puerto en las visitas realizadas por los alcaldes entregadores durante los siglos XVII y XVIII. En la memoria de la gente mayor se conservan recuerdos sobre los serranos y en algún documento antiguo se ha podido constatar que hacia 1920 todavía llegaban hasta Agudo pastores de Majaelrayo (Guadalajara) con sus ganados. Cuando los propietarios absentistas de Madrid vendieron quintos desamortizados de los términos de Abenójar y Saceruela, unos cuantos agudeños adquirieron algunas suertes, cuya explotación permitió que la cañada no se cubriera de monte tras la decadencia de la trashumancia. Además, mientras la feria ganadera de Agudo estuvo vigente, nutridos grupos de gitanos con interminables recuas de burros también hicieron uso de ella, pero nadie recuerda el paso de cuadrillas de romeros procedentes de Saceruela. Hasta donde sé, no fue hasta la creación de la Orden del Sácer en 1989, cuando sus miembros decidieron sumarse a una vieja tradición que Agudo y otros pueblos mantenían desde antiguo. Que la citada orden no estuvo muy fina al confundir la cañada real con un camino de peregrinación se manifiesta en la propia denominación del puerto de Sancho Rostrillos que, según el cartel cortesía del Proder, actualmente se llama puerto de las Amoladeras (recuerdo a los valedores de caminos históricos que se han cargado un nombre anterior a 1575); quizá deberían haber preguntado a los agudeños con tierra en Cañadahonda o el Valle del Perro; éstos sí que han pateado la ruta unas pocas veces y conocen bien los topónimos de los diferentes accidentes del relieve.
Saceruela se puede sacar de la
chistera una orden hospitalaria o atribuir su fundación al mismísimo Amílcar
Barca, pero la ruta de peregrinación a Guadalupe, desde Agudo hasta el lugar de
unión con los de Fuenlabrada, es exclusivamente de Agudo porque la han marcado los
pies llagados de generaciones de agudeños. Hasta donde alcanza la memoria, las
gentes de Agudo han mostrado especial devoción a la Virgen de Guadalupe, como
se manifiesta en las celebraciones del 8 de septiembre a pesar de que una
corporación municipal desdeñosa con la tradición decidió eliminar la fiesta.
Los agudeños se han casado en Guadalupe desde que los medios de transporte lo
han permitido y en el Real Monasterio de Guadalupe constará el número de los afectados (S. Mansilla contrajo matrimonio allí en 1948 y la guardia civil
tuvo que acompañar al cortejo porque “los de la sierra” todavía controlaban
algunos parajes). Tengo constancia de una peregrinación (los peregrinos hacían la ruta
mendigando y entregando estampitas a cambio de limosna) que data de 1951. Andando, con el hato en un borrico y cruzando el Guadiana en la barca de Peloche o, años después, en el camión de Moisés con billete
de ida y vuelta para el mismo día son muchos los vecinos de Agudo que han hecho un camino donde nunca se
encontraron con ningún grupo de saceruelenses. En cuanto a la Cañada Real de
Merinas, su origen se pierde en un pasado muy remoto, del que sólo alcanzamos a
conocer que fue el rey Alfonso X, el Sabio, en una fecha tan temprana como
1273, quien creó el Honrado Concejo de La Mesta y reguló la cañadas reales,
rutas conocidas y utilizadas por la trashumancia antes de esa fecha.
Desde aquí reivindico que la cañada
debe continuar con el nombre que siempre tuvo, pues no es lo mismo una cañada real establecida por el rey sabio en 1273
que un camino de peregrinación instaurado por la Orden del Sácer a finales del
siglo XX; a fin de cuentas, desde el puerto de Sancho Rostrillos hasta el mojón por donde entra en término de Tamurejo,
se ventila unos 18 kms. de longitud por 90 varas castellanas (72,22 m.) del
término municipal de Agudo. Solicito también que el puerto de Sancho Rostrillos
recupere el nombre con el que se le conoce desde hace siglos; de ese modo lo titulan los propios saceruelenses
hacia 1575, así figura en los libros de apeos de la Mesta y en los documentos de la Asociación General de Ganaderos
del Reino en 1901, y de manera similar (Santorrostrillo) se conoce todavía en
Agudo. Saceruela puede peregrinar a Guadalupe por donde le apetezca, pero
deberían tener en cuenta que cortar y pegar a su antojo tramos de viejos
caminos (hollados desde hace siglos por otras
gentes) y adjudicar a la mescolanza un nombre de su conveniencia no es de recibo, por mucho tremolar de
bandera y capas que manifiesten cuando la ocasión sea propicia. De órdenes,
maestres, comendadores mayores y caballeros hospitalarios podemos hablar otro día.
Bibliografía:
-Campos y Fernández de Sevilla, F. Javier (2009): Los pueblos de Ciudad Real en las Relaciones
de Felipe II. Ciudad Real
-Viñas, C. y Paz, R. (1971): Relaciones histórico-geográficas de los pueblos de España hechas por
iniciativa de Felipe II. Madrid
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